Porque todos hemos sonreido, soltado un suspiro o una lágrima frente a una pantalla.
Hemos puesto caras tontas, de asombro, o vergüenza, nos hemos ruborizado y hemos bajado la mirada…
Y también muchas veces, anhelamos tener a la persona causante de esto, poder abrazarla y besarla. En lugar de solo contemplar una pantalla…